En el curso 1972- 1973 fui nombrada directora del colegio Ntra. Sra. Del Carmen de la C/ Cartagena, 16 de Murcia.
Se empezó la aplicación de la nueva ley de E G B. Nuestro alumnado siempre había sido de niñas. El curso puntero, coincidía en 5º. También hemos tenido niños en párvulos, pero éstos a los siete años se marchaban, la mayoría al colegio de HH. Maristas y PP. Capuchinos.
Nuestra Congregación ya venía pensando desde hacía un tiempo el transformar el edificio y con esa idea se compraron dos casas que colindaban con nosotras por otra calle, hasta que por fin se vio la conveniencia de trasladarse a las afueras de la ciudad y construir uno de nueva planta.
Consultamos con el Obispado, y también con el Ayuntamiento sobre los lugares idóneos para su ubicación, lógicamente, en función de nuestro carisma. En un principio se pensó, y se vio la posibilidad de hacerlo por la carretera de Alcantarilla y por fin se llegó a la conclusión de elegir la zona donde hoy, gracias a Dios, se encuentra.
El siguiente paso fue el de comprar los terrenos; una vez todo esto hecho, comenzaron las obras en lo que se conocía como “Carril de la Farola”. La empresa constructora se llamaba Villegas. Desde el principio nos dijeron que la obra estaría terminada para el curso 1974- 1975 y según ello, así nos organizamos
De acuerdo con la nueva ley, al hacer las inscripciones del curso 1973- 74, ya se apuntaban los niños que sus padres deseaban siguieran en el nuevo colegio, así que, pensando en el edificio con doble capacidad, se recibió mucho más alumnado nuevo. Coincidió que el colegio de las Luisas (HH. De la Caridad de San Vicente) cerró ese año y muchas alumnas vinieron a matricularse al nuestro.
La empresa constructora empezó a retardar la entrega de la obra; hubo que adaptarse. Después de pensar todas las posibilidades, finalmente tuvimos que habilitar dos aulas en las casitas que teníamos compradas al lado , les llamábamos jocosamente “los Chalets” .
En estas condiciones dimos comienzo en el curso 1974 -75. Sin dejar atrás el honor a la Historia, los cambios que se preveían eran grandes en todos los sentidos: histórico, social y, por ende, laboral.
Pues bien, en la primavera del 75, nos entregaron el colegio terminado. Los primeros días del mes de Mayo, salió una furgoneta con muebles desde la calle Cartagena al nuevo colegio.