Estamos disfrutando uno de esos veranos que se guardan en la memoria del corazón y que perdura en el tiempo. Es una riqueza compartir con tantos jóvenes y constatar que vivimos el mismo carisma carmelita y sabemos lo que es el gozo de la fraternidad y el encuentro.
Aunque no tenemos mucha cobertura sí os decimos que estamos felices y aquí algunas imágenes…