El pasado jueves 5 de marzo un grupo de alumnos de Secundaria tuvo la oportunidad de tener un encuentro con quien hasta hace tres meses ha sido el Prior General de la Orden Carmelita, el Padre Fernando Millán Romeral.
A modo de rueda de prensa, nuestros chicos fueron realizando preguntas muy interesantes que les permitieron conocer mejor el entrañable e interesante perfil de esta insigne figura.
Hombre de clara vocación carmelita, humanista, gran comunicador, sensible a las necesidades, abierto al diálogo interreligioso, de claro talento literario, comprometido con su misión y labor docente no sólo supo tratar con agudeza y amabilidad todas las cuestiones que le plantearon, sino también dibujar con maestría la imagen de una de las figuras que durante años ha ocupado su tarea investigadora, la del Beato Tito Brandsma.
A priori mostrar la personalidad de Tito y que pudiera interpelar a los alumnos parecía una tarea difícil, sin embargo, Fernando supo destacar con sencillez y cariño aquellas notas por las cuales fue tan querido y reconocido en Holanda, en la Orden y dentro de la Iglesia.
Mediante anécdotas de la vida de Tito Brandsma, transcurrida en los años previos a la Segunda Guerra Mundial puso de manifiesto: su ejemplo de entrega a los más necesitados en los campos de concentración; su manifiesta coherencia y compromiso al oponerse al régimen nacionalsocialista; su gran humanidad cuando incluso “miró con compasión y perdonó” a la enfermera que le provocó la muerte inyectándole ácido fenico y su profunda espiritualidad demostrada en sus momentos más oscuros en la cárcel al escribir versos de una fe inquebrantable. Nada como contar su testimonio para acercarnos a la verdad de este hombre pequeño, de naturaleza débil, no obstante, de una grandísima dimensión humana y espiritual.
Muchas gracias, Padre Fernando, por impulsarnos a seguir caminando con esperanza y por recordarnos, parafraseando al Papa Juan Pablo II en la beatificación del Padre Tito Brandsma, que las heroicidades no se improvisan, son el fruto de toda una vida de trabajo, compromiso y fe.