Hoy, 2 de abril, se celebra el Día Mundial de Concienciación del Autismo con el fin de impulsar y contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas con Trastorno con Espectro Autista (TEA), así como de promover su inclusión en todos los ámbitos de la sociedad.
Hoy damos difusión a este día, y no podemos hacerlo de mejor manera que a través del mensaje de una madre que, gracias a su hijo, aprendió a entender el silencio e interpretar las miradas.
Hace 4años que el diagnóstico nos paro la vida: Trastorno del espectro autista.
Pues si, te la para.
Te frena en seco tu vida, te da un golpe que te la desmonta en trocitos.
Todo aquello que habías soñado o imaginado se hace trocitos bajo tus pies y lloras mucho y te culpas mucho y te haces responsable y te compadeces de ti y vuelves a llorar…hasta que lo miras y lo ves absorto en su hilo y te das cuenta que debes reconstruirte y ayudarlo, que te necesita. Y buscas las mejores terapias y médicos, te lees todos los libros del mercado sobre el autismo, te haces mil cursos sobre cómo gestionar situaciones, emociones…
¡¡Hasta que un día te mira!! Sí ! Te mira a los ojos y te sonríe, siiiiii sonríe y otro día te dice mamá, otro te da un beso y llega el abrazo y llega un “te quiero mucho mamá” y oyes su voz al fin….y en ese momento te das cuenta que la que necesitaba ayuda era yo, no él.
Que el llegó a mi vida para llenarla de colores, me ayudó a parar y no ir corriendo siempre, me ayudó a respirar mil veces y ser más paciente, me ayudó a olvidarme de querer ser tan perfeccionista, me ayudó a entender que comer pizza como desayuno no es tan malo, me ayudó a entender que las palabras sobran, me ayudó a vivir cada segundo , a disfrutar cada instante, a sonreír más, a reír más , a emocionarme más…
Me enseñó a vivir que no sobrevivir.
Pinto mi vida de colores.