El pasado 8 de marzo celebramos la fiesta del colegio. Han sido 128 años de la fundación de nuestra congregación, donde las hermanas de la Virgen María del Monte Carmelo, junto con todo el claustro de profesores hemos vivido la presencia y el espíritu del Carmelo.
Algo que caracteriza nuestro centro es vivir los valores que nacen desde el carácter propio de la Comunidad Carmelita. Los valores humanos son aquellos que nos guían a lo largo de todas nuestras vidas, ayudándonos en la toma de acciones y decisiones y a avanzar como sociedad plural y en continuo cambio.
Desde el Departamento de Pastoral, junto con el de Plástica, (atendiendo a la interdisciplinariedad) programamos una actividad llevada a cabo con los alumnos en ese día. Se trataba de presentar los valores que aparecen en nuestro ideario y de cómo debíamos vivirlos como verdaderos cristianos, carmelitas y ciudadanos, en un mundo donde cada vez más se carece de ellos. Elegimos algunos y fuimos trabajándolos por cursos, donde definíamos el valor, reflexionábamos sobre él y luego lo expresábamos por medio de un símbolo. Además recordábamos la importancia que tenía para todos el asimilar estos valores, que nos hacen ser mejores personas, vivir en comunidad y sobre todo compartir lo bueno de cada uno con los demás.
Se expusieron estos valores por medio de unos murales colocados cerca de cada clase, con la intención de ir recordándolos y trabajarlos a lo largo del curso.
Las hermanas, como es costumbre, nos invitaron a monas con chocolate, endulzando la jornada y disfrutando de ese bonito día.
Posteriormente estuvimos en el patio del colegio participando en actividades lúdicas y deportivas, como: baloncesto, bádminton, fútbol y nuestro nuevo rocódromo. Pero no terminó aquí la jornada, pues las hermanas nos hicieron participar por medio de un grupo musical de unos bailes, a través de ritmos africanos. La mañana fue de lo más divertida, pues todos participamos en estas actividades con ilusión y entusiasmo.
Estuvo en el deseo de todos compartir la alegría de sentirnos carmelitas, pues estuvimos unidos en fraternidad y cercanía a nuestros otros centros de: Orihuela, Elda, Alicante, San Juan (Alicante) y Sax, donde el Espíritu de Madre Elisea se hizo patente.
Felicidades y gracias a todas las personas que hicieron posible que esa mañana fuera inolvidable para toda la comunidad educativa, y en especial a las hermanas, por su dedicación y su tarea, para que fructifique en nosotros este espíritu carmelita, que a lo largo de todos estos años habéis sabido transmitirnos. Que el Señor nos bendiga.